Son cientos los motivos que nos pueden llevar a comenzar a correr : quitarnos el sobrepeso, combatir el estrés, porque un amigo ha insistido tanto que al final no he podido resistir, por buscar nuestros límites, etc. Pero sea cual se nuestro principal motivo todos coincidimos en lo mismo : después de dos o tres sesiones de running acabamos enganchad@s.
La euforia inicial acompañada de una rutina de entrenamientos más o menos constante nos hace mejorar de forma rápida… empezamos corriendo 3 minutos, después 10, un cuarto, ¡¡media hora!! y al final llegamos al principal objetivo que hemos tenido todos los principiantes ¡¡correr una hora seguida!!. Es en ese instante cuando ya nos consideramos “atletas”, contamos las hazañas a los incrédulos amigos y familiares que no daban un duro por nosotros (jajja!! Tú corriendo más de 5 minutos, eso no te lo crees ni tú ¡! Nos repetían los amigos en el bar mientras veíamos la Champions por la tele), nos apuntamos a multitud de carreras, comenzamos a hablar de series, cambios de ritmo, tipos de pisada y notamos a nuestro alrededor que “nos admiran”, somos los héroes. Esta motivación y el hecho de que nuestra base deportivo no sea muy sólida provoca que nuestros tiempos mejoren con cierta facilidad y que cada vez nos vayamos atreviendo con distancias más largas que nos pueden llevar incluso a la maratón, el punto de inflexión de toda carrera de un POPULAR. Después de superar un hito como el de la maratón, o bajar de 47 en 10km, comienza la verdaderamente difícil ya que bajar estos tiempos o superar carreras de más distancia nos obligara a entrenar más y mejor y eso a veces es imposible. Aquí es donde aparece la depresión del corredor ya no tan POPULAR, lo que antes eran victorias al crono son ahora batallas casi-perdidas, hacer un rodaje de 20km ya no nos dice nada, hemos dejado de ser la novedad para nuestro entorno que ya solo se preocupa por nuestra posición en carrera ignorando que es imposible que podamos ganar alguna, en definitiva, mil objeciones que pueden volverse en nuestra contra.
Para evitar esta situación que puede provocar, incluso, que dejemos de hacer lo que tanto nos gusta debemos de buscar motivaciones extras y ser conscientes que a cierto nivel el progreso es más complicado, podemos intentar que algún amigo perezoso se venga a rodar con nosotros, apuntarnos algún club para conocer gente, buscar carreras fuera de nuestra provincia o país y utilizar el running para conocer mundo, buscar carreras diferentes (de montaña, por equipos,…) y la más importante correr por el simple hecho de correr, porque nos gusta y porque nos divierte … ahí mil razones para calzarse las zapatillas y salir a correr ahí fuera y el cronómetro es solo una de ellas.
DE:
http://corroluegoexisto.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario